EL DOLAR PIERDE FUERZA:
entre riesgos fiscales, polarización política y ascenso de las monedas emergentes
La debilidad del dólar estadounidense se ha convertido en una de las principales narrativas macroeconómicas del primer semestre de 2025. El índice DXY —que mide su valor frente a una canasta de monedas fuertes como el euro, el yen y la libra— ha caído más de 10% desde enero, borrando casi toda la recuperación acumulada desde 2022.
Pero la depreciación no se limita a monedas desarrolladas. Divisas emergentes como el peso mexicano también han ganado terreno, desafiando paradigmas históricos de riesgo y rentabilidad. En el caso de México, el peso cerró junio con una apreciación cercana al 10%.
¿Qué está debilitando al dólar en 2025?
1. Fragilidad fiscal y polarización política en EE.UU.
Un controvertido proyecto de ley que aumentaría el déficit en $1.3 billones de dólares en la próxima década ha encendido alarmas. La iniciativa, que incluye recortes a Medicaid y nuevos impuestos sobre energías limpias, ha sido impulsada por mecanismos poco convencionales, debilitando la confianza institucional y generando inquietud tanto en legisladores como en los mercados.
2. Desdolarización y diversificación de reservas.
Cada vez más bancos centrales reducen su exposición al dólar. Hoy, menos del 58% de las reservas globales están en USD, frente al 70% de hace 20 años. Esta tendencia refleja una búsqueda de equilibrio monetario y mayor resiliencia ante escenarios globales inciertos.
¿Por qué el peso mexicano se ha fortalecido?
• Tasas reales atractivas: A pesar de los recortes, la tasa de política monetaria (8.00%) sigue superando la inflación, generando un “carry” favorable.
• Disciplina fiscal relativa: México mantiene una política fiscal prudente, lo que genera confianza en los mercados.
• Percepción de refugio regional: El peso funciona como cobertura frente a monedas emergentes más volátiles, como el real brasileño o el peso colombiano.
Dólar en perspectiva:
¿esto ya ha pasado?
Ciclos de debilidad del dólar no son nuevos. En las últimas décadas hemos visto caídas similares:
Lo que distingue a 2025 es que no se trata de una crisis de crecimiento o pánico financiero, sino de una pérdida paulatina de hegemonía monetaria, combinada con riesgos internos.
1.
¿Qué está detrás de la caída del dólar? Principalmente, el deterioro fiscal y político de EE.UU., sumado a la reducción de inversiones por parte de actores internacionales.
2.
¿Por qué el peso mexicano ha sido más resistente que otras monedas emergentes? Además de las tasas reales y disciplina fiscal, México ha sido percibido como un refugio dentro de la región. Su desempeño ha sido comparable con monedas como el real brasileño (+11%) y el peso colombiano (+9%).
3.
¿Estamos ante una transformación del sistema monetario global?
A pesar de una mayor diversificación de reservas, el dólar sigue siendo la moneda dominante. Sin embargo, el cambio hacia un entorno multimoneda es evidente y creciente.
4.
¿Podría revertirse esta tendencia?
Sí, si EE.UU. logra restaurar la disciplina fiscal y ofrece mayor certeza sobre su política comercial. También es clave que la Fed defina claramente su postura monetaria.
5.
¿Esta debilidad del dólar representa una oportunidad para los mercados emergentes?
No necesariamente. Un tipo de cambio demasiado fuerte puede afectar las exportaciones de países emergentes. La clave será lograr equilibrio sin perder competitividad.
6.
¿Qué oportunidades surgen para los inversionistas?
El dólar sigue siendo útil para diversificar portafolios. No es necesario evitarlo, sino mantenerlo en proporciones moderadas y complementarlo con otras monedas fuertes, como el euro.
7.
¿Vale la pena seguir invirtiendo en instrumentos dolarizados?
Sí, aunque con cautela. El dólar es volátil y predecir su punto más bajo es complejo. Mantener exposición constante pero controlada puede ayudar a mitigar riesgos locales.
En un entorno donde el dólar pierde fuerza, las monedas emergentes se fortalecen y la incertidumbre fiscal en EE.UU. genera nuevas dinámicas, es momento de tomar decisiones estratégicas. En Skandia, identificamos tres acciones clave para aprovechar este contexto y proteger tu inversión:
1. Disciplina ante la volatilidad:
La volatilidad seguirá presente. Por ello, mantener la disciplina en portafolios de largo plazo es fundamental, aprovechando tácticamente momentos de corrección para invertir de forma gradual.
2. Renta fija como pilar defensivo:
La renta fija de mediano plazo en México continúa ofreciendo tasas reales atractivas. Estos instrumentos deben tener un lugar prioritario en los portafolios, como componente de estabilidad y rendimiento.
3. Renta variable con visión global:
Frente a un mundo más fragmentado por políticas arancelarias y presiones geopolíticas, la renta variable debe gestionarse con una perspectiva global, lo que permitirá diversificar riesgos y capturar oportunidades diferenciadas por región e industria.
Nos vemos en la próxima edición con más análisis y recomendaciones.
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