El sector tecnológico respira… y el mercado también
Noviembre no empezó con un desastre. Empezó con un recordatorio: hasta los gigantes necesitan respirar.
Después de dos años donde la inteligencia artificial parecía tener todas las respuestas, el sector tecnológico entró en una fase que el mercado conoce bien: la realidad tocó la puerta. Y cuando eso pasa, las expectativas se acomodan.
Durante las últimas semanas, varias empresas emblemáticas del mundo tech han registrado caídas importantes. De acuerdo con MoneyWeek, Oracle bajó casi 30% en un mes, una señal de que muchas valoraciones crecieron más rápido que sus fundamentos.
El efecto se amplificó el 18 de noviembre, cuando el Dow Jones cayó casi 500 puntos, arrastrado por grandes tecnológicas bajo presión y una creciente percepción de que parte del boom de la IA entró en “modo pausa”, según NY Post Business.
Y aunque a simple vista parece un movimiento repentino, en realidad tres fuerzas venían empujando este ajuste desde hace meses. Estas tres piezas se conectan entre sí y crean el ambiente perfecto para una corrección ordenada.
1.
VALORACIONES QUE PEDÍAN UNA PAUSA
Durante meses, los inversionistas pagaron precios “perfectos” por empresas que aún no entregaban resultados perfectos. La narrativa de la IA impulsó valoraciones a niveles difíciles de justificar.
Según LA Times, el mercado está reenfocándose en métricas reales y premiando compañías con resultados más sólidos, no solo con promesas tecnológicas.
Cuando los precios se estiran demasiado, el mercado ajusta. Y ese ajuste abre paso al siguiente factor.
2.
TASAS QUE PASAN... AUNQUE NO SE VEAN
De acuerdo con NY Post, la Reserva Federal ha moderado las expectativas de recortes, elevando el costo de financiamiento para compañías que dependen de expandirse constantemente, como las tecnológicas.
La combinación de valoraciones altas + dinero más caro reduce la tolerancia del mercado a las historias de crecimiento acelerado.
3.
MENOR APETITO POR RIESGO
Cuando las valoraciones ya no convencen y el financiamiento no se abarata, los inversionistas se vuelven más selectivos.
Según MarketMinute, los flujos globales comenzaron a rotar hacia sectores defensivos, reduciendo exposición en tecnología y acelerando el ajuste.
Es el famoso “efecto dominó”:
menos apetito → menos capital → caídas más visibles.
¿RESULTADO? NO UN DESPLOME, SINO UN REACOMODO
Y prueba de ello es que esta misma semana, NVIDIA sorprendió con resultados mejores a lo esperado, dando un respiro al sector y recordando que la tecnología innovadora sigue firme, de acuerdo con Reuters.
LA LECTURA CORRECTA ES SIMPLE.
LA TECNOLOGÍA NO CAYÓ;
SE ACOMODÓ
Y cuando el mercado acomoda, se abren oportunidades para quienes buscan valor real… sin pagar precios inflados.
Y México,
¿dónde queda en esta historia?
Justo donde debe estar: en el punto donde confluyen estabilidad, oportunidad y nuevos flujos globales.
Mientras el ajuste tecnológico libera capital y reduce el apetito por sectores de alto riesgo, los inversionistas tienden a buscar regiones y activos con fundamentos sólidos. Aquí es donde México y América Latina toman relevancia.
1.Flujos que regresan a la región
Según la CEPAL (Informe 2024–2025), América Latina registró un incremento de 36% en emisiones internacionales de deuda, impulsado por mayor interés global en sectores reales como infraestructura, energía y manufactura.
Cuando en EE. UU. un sector tan grande como tecnología se sacude, el dinero busca alternativas:
2. Un dólar que pierde fuerza
El Banco de Pagos Internacionales (BIS) reporta que la reciente tendencia a la baja del dólar relaja condiciones financieras para economías emergentes.
Un dólar más débil fortalece monedas como el peso y reduce presiones externas.
Esto importa porque: cuando el dólar afloja, invertir en la región se vuelve más atractivo, especialmente para inversionistas globales que buscan diversificación en un entorno volátil.
3. Banxico como ancla de estabilidad
De acuerdo con Banxico, la inflación subyacente sigue por encima del 4%, lo que ha llevado a la Junta a mantener un tono prudente en política monetaria.
Ese comportamiento predecible genera algo muy valioso: confianza. En un momento donde tecnología ajusta y el mercado se redefine, un banco central estable hace que México destaque en el mapa.
Para comprender a fondo este escenario,
conversamos en exclusiva
con Jaime Álvarez,
vicepresidente de Inversiones en Skandia.
1. Tras el ajuste reciente en las empresas tecnológicas y la caída de grandes índices como el Dow Jones, ¿cómo interpretas este movimiento? ¿Se trata de una corrección saludable o de un cambio más profundo en el ciclo tecnológico?
El ajuste tecnológico parece una corrección necesaria tras valuaciones elevadas, pero también sugiere un poco más de cautela con el ciclo de IA. Para inversionistas, implica mayor selectividad, revisión de fundamentos y preparación para la volatilidad, mientras el sector redefine su ritmo de crecimiento.
2. Con valoraciones más bajas en varias compañías de tecnología e inteligencia artificial, ¿qué tipo de oportunidades o riesgos deberían estar evaluando hoy los inversionistas antes de aumentar (o reducir) su exposición al sector?
Las valuaciones más bajas abren oportunidades en empresas con flujos sólidos y ventajas en infraestructura o modelos fundacionales. Existen algunos riesgos: sobrecapacidad, desaceleración en la demanda de cómputo y presión regulatoria. Invertir exige discriminar entre líderes sostenibles y jugadores dependientes de ciclos especulativos.
3. La postura más cauta de la Reserva Federal ha frenado expectativas de recortes de tasa. ¿Cómo impacta este escenario a empresas tecnológicas (que requieren financiamiento constante) y qué sectores podrían beneficiarse de esta combinación de tasas altas y reacomodo global?
El mercado está constantemente reevaluando qué tanta capacidad tendrá la Reserva Federal hacia adelante. Al momento, se espera que sí pueda bajar una vez más en lo que queda del 2025, y el 2026 es donde hay más dudas. Las tasas altas encarecen el financiamiento y presionan valuaciones tecnológicas intensivas en capital. En contraste, sectores como energía, bancos, aseguradoras y manufactura pueden funcionar mejor en ambientes de tasas altas.
4. Mientras el ajuste tecnológico libera capital y reduce el apetito por sectores de alto riesgo, los inversionistas tienden a buscar regiones y activos con fundamentos sólidos. Aquí es donde México y América Latina toman relevancia.
México y LATAM ganan atención por una mayor estabilidad monetaria, monedas fuertes, tasas reales positivas y flujos crecientes hacia el nearshoring. La resiliencia fiscal y los bancos centrales creíbles atraen capital, mientras la rotación global favorece mercados con valuaciones más bajas y mayor exposición a manufactura, commodities y consumo interno.
5. Para quienes sienten incertidumbre ante este reacomodo global, ¿cuáles serían tres acciones clave para tomar mejores decisiones en sus portafolios durante los próximos meses?
Diversificar geográficamente, aumentar calidad en portafolio (flujos sólidos y baja deuda) y monitorear riesgos macro —tasas, cadenas de suministro y tensiones comerciales—. Complementar con liquidez táctica permite aprovechar dislocaciones sin asumir riesgos excesivos en un entorno volátil.
Nos vemos en la próxima edición con más análisis y recomendaciones.
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